Vivimos malos tiempos para España: más de cuatro millones y medio de personas están en paro, a las familias cada vez les cuesta más llegar a fin de mes, las palabras más repetidas en todas las conversaciones son crisis, desempleo, recesión… parece que todos nos hayamos convertido de repente en catedráticos de economía y no sepamos hablar de otra cosa. Para colmo cuando tenemos la oportunidad de irnos unos días de Puente para desconectar de todo lo que nos está cayendo encima vienen los controladores aéreos y nos lo fastidian (por no decir algo más fuerte). Las previsiones apuntan a que el año 2011 que pronto estrenaremos tampoco pintará mucho mejor. Sí, estamos en estado de alarma señores… pero no por el real decreto aprobado por el gobierno el pasado sábado, llevamos en alarma bastantes meses y la gente busca motivaciones externas para escapar, aunque sea por unas horas, de la odisea cotidiana a la que nos enfrentamos día a día.
Es en esta situación tan difícil para millones de españoles cuando salir a correr se ha convertido en la mejor vía de escape. Mientras nos ejercitamos en los parques, en las calles o en las pistas de nuestra querida España no pensamos en los problemas cotidianos, en la crisis, en cómo pagar las facturas pendientes o llegar a fin de mes. Esa hora que conseguimos robar a nuestra ajetreada agenda diaria para calzarnos las zapatillas para muchos se ha convertido en el mejor momento del día. Solos ante nosotros mismos, el ejercicio físico nos sirve, además de para desconectar, para mostrarnos más productivos, más creativos, para rendir mejor en el trabajo y, aunque resulte paradójico decirlo, para sentirnos mucho más descansados (yo al menos así me siento desde que retomé mis carreras hace algo más de un año). Mejorar nuestras marcas o clasificaciones es nuestra mejor motivación, algo que nos llena y que se convierte en un reto personal.
Además, correr es una de las aficiones más baratas que existen hoy en día. A no ser que seas un apasionado de las últimas tendencias en ropa y complementos para correr o que te guste siempre estrenar las zapatillas más de vanguardia, poco se necesita para salir a entrenar: apenas unas mallas o un chándal y unas zapatillas. Incluso si decides dar el salto a la competición el precio de la inscripción de algunas de las carreras más destacadas de nuestro país tampoco puede considerarse prohibitivo. En caso contrario preguntémonos que es lo que estamos pagando por correr nuestra carrera favorita en relación a lo que pagaríamos por ir al fútbol o ver la última representación teatral o salir a cenar a cualquier restaurante más o menos conocido de nuestra ciudad. A buen seguro nuestra afición favorita saldría ganando en cualquiera de estas comparaciones.
Por tanto, aunque los próximos meses todavía serán duros desde el punto de vista económico seguro que la práctica del atletismo nos ayudará a llevar la situación de una forma mucho más llevadera. Así que ya sabéis, contra la crisis el mejor remedio: CORRER.