Llega el frío y todos los que practicamos ejercicio físico con regularidad tenemos que prepararnos para combatir sus consecuencias. Uno de los principales temores para el corredor en esta época del año es que un resfriado o una gripe pueda echar por tierra su preparación. Nadie es inmune del todo a una afección de estas características y si nos toca sufrirla tampoco debemos alarmarnos en exceso puesto que con reposo y unos pequeños cuidados sus síntomas suelen remitir en unos días. No obstante, ese parón en nuestro entrenamiento puede arruinar nuestros objetivos si nos estamos preparando para afrontar una competición en las próximas semanas.
Siguiendo unos consejos lógicos y sobre todo el sentido común podemos evitar ser víctimas de un resfriado o al menos minimizar sus efectos. En primer lugar debemos decir que por lo general el organismo de una persona que con regularidad practica un ejercicio físico suele estar más preparado que el de una persona sedentaria para evitar ser contagiado por virus. Sin embargo, el corredor en la práctica de su entrenamiento habitual también está más expuesto al frío y puede caer enfermo si no toma las precauciones adecuadas. En estos meses otoñales e invernales debemos abrigarnos adecuadamente cuando salimos a correr sobre todo en el precalentamiento y después de nuestra sesión de carrera continua. Es especialmente importante que cuando acabemos el rodaje y estemos sudados nos pongamos una chaqueta de chándal o alguna prenda de abrigo para evitar quedarnos fríos mientras estiramos o hacemos gimnasia. El correr con una braga cómoda alrededor del cuello y tapando parte de la boca también puede evitar que nos resfriemos.
Hemos recopilado diez consejos que pueden serte útiles a la hora de prevenir los resfriados. Estos son:
- Los principales puntos de acceso de los virus son la boca y la nariz. Por tanto, es importante mantener una buena higiene en estas zonas y también en las manos y respirar de forma adecuada, siempre por la nariz. Haz que el efecto barrera funcione de forma eficaz.
- Un resfriado también puede prevenirse con una adecuada alimentación, comiendo muchas frutas y verduras, especialmente aquellas que son ricas en vitamina C.
- Igualmente la ingesta de líquidos en esta época del año es importante. Hay que beber aunque no se tenga sed al menos dos litros de agua diaria y también zumos. Ello genera que la mucosidad sea más líquida y por tanto fácil de expulsar.
- Uno de las principales causas del resfriado es la exposición a un cambio brusco de temperatura. Por tanto es importante que cuando sales de casa, donde normalmente estás con calefacción, a la calle lo hagas suficientemente abrigado para evitar caer enfermo.
- Mantén la casa ventilada y renueva el aire periódicamente. Igualmente el uso de un humidificador de aire puede ayudar evitar el resfriado.
- Hacer gárgaras y limpieza nasal con agua con sal, lo que mejorará la congestión nasal.
- Tomar yogures. Las bacterias de fermentación de la leche mantienen la salud del sistema digestivo.
- Mantén los pies calientes. No dejes que se te enfríen los pies y usa un doble calcetín si es necesario.
- Intenta reducir tu grado de stress. El nerviosismo y la falta de tranquilidad personal merman las defensas del organismo y le hacen vulnerable a los virus.
- Al terminar el ejercicio date una ducha caliente y cámbiate de ropa inmediatamente; no esperes a quedarte frío.
¿Debes parar de entrenar con un resfriado?
Ahora bien, si a pesar de haber tomado todas estas precauciones comienzas a sentir los primeros síntomas del resfriado surge una pregunta inmediata: «¿puedo seguir entrenando con normalidad?» En este caso habría que fijarse en los síntomas para tomar una decisión. Si el resfriado te afecta de cuello para arriba, con dolor de garganta, mocos, tos, dolor de cabeza… podrías seguir ejercitándote con más o menos normalidad aunque siguiendo las máximas precauciones para no empeorarlo.
Sin embargo, si también tienes síntomas de cuello para abajo, como por ejemplo dificultades respiratorias, molestias bronquiales, debilidad corporal generalizada… lo mejor es guardar reposo para que el resfriado no derive en algo más grave como una bronquitis o una gripe.
Una vez afectado se pueden utilizar diversos remedios caseros para aliviar los síntomas como por ejemplo tomar infusiones de té de limón o un preparado de limón con miel, hacer gárgaras… pero hay que tener en cuenta que el resfriado no tiene un tratamiento que combata directamente el virus. Sólo el sistema inmunológico del organismo puede destruir con efectividad al invasor.